EUROPA
PRESS
21 abril
2017
Investigadores del departamento de Medicina y Dermatología de la
Universidad de Málaga y del departamento de Fotoquímica de la Universidad de La
Rioja han desarrollado protectores solares más eficaces a través de compuestos
que producen algunos hongos y algas de forma natural.
En
concreto, los científicos, cuyo trabajo ha sido publicado en la revista 'Angewandte Chemie International
Edition' y recogida por la plataforma Sinc, han
desarrollado compuestos que aportan una mayor estabilidad y duración a los
protectores solares.
De esta
forma, han demostrado la posibilidad de incluir en las cremas de protección
solar estas moléculas basadas en los llamados aminoácidos tipo micosporinas naturales, que contienen de manera natural
algunos hongos y algas, para hacerlas más eficaces y más duraderas.
De
hecho, en los experimentos, los científicos confirmaron que la estabilidad de
estos análogos de micosporinas hasta 270 grados
centígrados presentaba una estabilidad del cien por cien tras 6 horas de la
aplicación bajo el sol y que, junto a los compuestos más comúnmente
comercializados, son capaces de aumentar el grado de fotoprotección.
Además,
aumentan la estabilidad en la mezcla para que su acción sea mucho más duradera.
Del mismo modo, los autores han conseguido sintetizar análogos de micosporinas con capacidad de absorción de diferentes
bandas espectrales en el ultravioleta, lo que abre el abanico de posibilidades
para su uso industrial.
"Este
avance en la creación de nuevas moléculas con efecto pantalla suple las
carencias de los compuestos clásicos, como su volatilidad, y mejora su
capacidad de atraer radiación ultravioleta, lo que abre la puerta al diseño de
nuevos productos de absorción de amplio espectro solar para proteger la piel
frente a melanomas", han explicado los investigadores.
Los
protectores solares contienen una serie de compuestos químicos que son capaces
de absorber las radiaciones ultravioleta para disiparlas y que no sean nocivas.
En
trabajos anteriores, los científicos observaron cómo las micosporinas,
sustancias que contienen de manera natural algunos hongos y algas, actúan como
fotoprotectores y tienen una alta capacidad antioxidante. Es decir, son
potentes pantallas solares frente a la radiación ultravioleta y presentan una
gran absorción de la luz más peligrosa para los organismos, que transforman en
calor. El problema de plantear el uso comercial de estas sustancias naturales
se basa en la extracción, ya que supone un elevado coste.
Por
ello, los expertos decidieron observar el comportamiento de la molécula y
sintetizarla de manera artificial en el laboratorio consiguiendo una muestra
con el mismo efecto protector contra los rayos del sol y la misma estabilidad
que la natural. De esta manera, han testado sus posibilidades para incluirlas
en cremas comerciales de una manera masiva a menor coste.